Mark Zuckerberg seduce a una estrella de Silicon Valley y apuesta a la IA
En los últimos años el líder tecnológico apostó todo al metaverso; esta propuesta quedó relegada con la llegada de la inteligencia artificial
Cuando se habla de inteligencia artificial, hay una o dos herramientas que suelen venir rápidamente a la mente: ChatGPT y Gemini. Esa asociación es, en parte, una derrota para Mark Zuckerberg, quien, después de haber revolucionado la forma en que las personas se conectan a comienzos de este siglo, ahora quiere ganar protagonismo en el nuevo ecosistema dominado por la inteligencia artificial.
En este marco, Meta anunció la creación de un nuevo laboratorio dedicado al desarrollo de la “superinteligencia”. “Es una visión futurista”, explicó a LA NACION Freddi Vivas, ingeniero y docente de inteligencia artificial en la Universidad de San Andrés. “Es una idea en la cual la tecnología podrá entender los sentimientos humanos, generar sus propias creencias, tener deseos y emociones”, señaló.
Para ejecutarlo, Meta está atacando uno de sus principales problemas: el talento, según reporta The New York Times. La compañía planea invertir 14,3 mil millones de dólares en Scale AI, una startup dedicada al manejo de datos para entrenar a los sistemas de inteligencia artificial, y, como parte del acuerdo, el director ejecutivo, de tan solo 28 años, Alexander Wang, se sumará como figura líder dentro de la nueva división que Zuckerberg quiere liderar. “Se unirá a Meta para colaborar con nuestros esfuerzos de superinteligencia”, dijo un portavoz de Meta a LA NACION.
El CEO de Scale AI es considerado uno de los cerebros más brillantes e innovadores de Silicon Valley, además de convertirse en uno de los multimillonarios más jóvenes de la historia. Su presencia le daría a Meta el nivel que está buscando en la materia. Además, con él, Wang traerá a otros miembros de su equipo de Scale para que trabajen en conjunto. “Compartiremos más sobre este trabajo y las personas que se unen a este equipo en las próximas semanas”, confirmaron desde Meta sin más detalle.
Sin embargo, la búsqueda por el talento es ardua: la empresa está ofreciendo compensaciones de 100 millones de dólares a investigadores y expertos de las empresas rivales, como OpenAI, para armar el nuevo equipo, según confesó Sam Altman en un podcast. La estrategia aún no está teniendo el éxito que pretende atraer. De hecho, muchos rechazaron la oferta a pesar de su atractivo económico. Incluso le hicieron una oferta a Ilya Sutskever, el cerebro detrás de ChatGPT y cofundador de la empresa Safe Superintelligence (SSI), otra startup codiciada en la Bay Area, que es la única hasta el momento que busca desarrollar la superinteligencia, y dijo que no.
Según especialistas consultados por The Economist, esta es una estrategia “típica” de Mark Zuckerberg: demostrar cuán comprometido está con una causa mostrando cuánto dinero está dispuesto a invertir. Por ahora, las únicas negociaciones concretas en marcha son para incorporar a Nat Friedman —exCEO de GitHub— a su equipo de superinteligencia artificial. También se discute la posible llegada de Daniel Gross, socio de Friedman en el fondo NFDG, y Meta evalúa incluso adquirir una parte de esa firma, de acuerdo con información de The Information.
Ahora, ¿cuán cerca estamos de la superinteligencia? Para Vivas, esta iniciativa por parte de Zuckerberg no es más que un intento por dominar el mercado. De hecho, antes de acercarnos a este concepto, la humanidad aún debe interactuar con la inteligencia artificial general, o mejor conocida como la AGI. “Es una evolución de la inteligencia artificial que hoy conocemos. Son máquinas que buscan aprender, pensar y aplicar soluciones a una escala similar a lo que hacemos nosotros”, detalló el experto. El momento en que esta tecnología llegue a nuestras manos no está definido. Entonces, ¿por qué apurarse a este desarrollo?
Meta viene sufriendo golpes en relación con sus productos de inteligencia artificial. De acuerdo con The New York Times, en abril Zuckerberg anunció dos nuevas versiones de los modelos Llama, asegurando que su rendimiento era igual o incluso mejor que los modelos ya conocidos, según pruebas internas realizadas. Pero investigadores externos descubrieron que esas pruebas estaban diseñadas de forma tal que hacían parecer que el producto era más avanzado de lo que realmente era. Algunos desarrolladores se indignaron, sintiendo que Meta había manipulado los resultados, y una mala reputación empezó a tejerse, así como una fuga de talento.
Además, la empresa hizo una apuesta hacia el metaverso años atrás —el disparador que lo llevó a cambiar su nombre a Meta desde su histórico Facebook—, y, aunque haya querido ir a la par de los desarrollos para la IA, quedó un paso atrás de todas las grandes tech. “Sin dudas, haber enfocado sus esfuerzos en el metaverso durante los últimos años hizo que quedara relegada en la carrera por la inteligencia artificial”, dijo a LA NACION Sebastián Romano, director del posgrado en gestión estratégica de inteligencia artificial y automatización empresarial de la UCEMA.
Hoy el mercado de la inteligencia artificial lo lideran OpenAI y Google, coincidieron ambos expertos consultados. Los modelos que han logrado ofrecer estas empresas permiten interactuar con texto, imágenes o videos y cubren buena parte de las necesidades del usuario promedio. Si bien la compañía desarrolló su propio chatbot, Meta AI, este no ha logrado cautivar la atención del público. “Meta aún no ha logrado destacarse en esas áreas de uso común, ni ha encontrado un nicho específico donde su desempeño supere al de otros, como sí ocurre, por ejemplo, con Midjourney en generación de imágenes”, manifestó Romano.
No obstante, Meta cuenta con una gran ventaja que las otras empresas no tienen. El especialista de la UCEMA comentó que la compañía tiene un ecosistema de plataformas, entre ellas Facebook, Instagram y WhatsApp, que le permite integrar desarrollos de inteligencia artificial de forma ágil y le da la posibilidad de entrenar a sus modelos a gran escala y en entornos verdaderos. “Su fortaleza está en la capacidad de hacer pruebas piloto a gran velocidad y medir su impacto en tiempo real”, señaló en relación con la oportunidad que tiene frente a las otras dos compañías rivales.